“En mi infancia yo era un niño malo”, dice Mark, quien comenzó a experimentar con cocaína a los 15 años, y después de ver a su padre ser asesinado, su vida se salió de control. Escuchó música “góspel” un día en prisión mientras un amigo le explicaba lo que Hombres de Valor hacía por tipos como ellos. Mark sintió que Dios lo llamaba por su nombre para estar en Valor Ridge y nunca se fue. Hoy está libre. ¡Serás bendecido al escuchar su historia!