“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:19-20

La profunda pasión que tenemos por discipular fluye de corazones agradecidos. Como personal, estamos unidos en nuestra gratitud por el trabajo redentor y el llamado de Dios en nuestras propias vidas. Esperamos que aquellos que Él nos trae puedan descubrir también el llamado único de Dios en sus vidas y la vida abundante que resulta de vivir ese llamado. Una visión nos fue dada, hemos sido entrenados por excelentes maestros y hemos resuelto hacer nuestra parte en pasar la antorcha a la siguiente generación de hacedores de discípulos.

Hemos aprendido mucho a lo largo de los años, a medida que nos hemos esforzado por ayudar a hombres, mujeres y niños a llegar a los pies de Cristo y a su vez, darlo a conocer.

Nuestro enfoque es usar el método de Jesús para construir hombres para el ministerio, estableciendo conexiones profundas y sinceras con ellos e impartiendo el llamado del Señor a “ir y hacer discípulos”. Es una fórmula que funciona.

A continuación, mencionamos unos pocos principios guías sobre los cuales dependemos en nuestro esfuerzo diario para impactar la mayor cantidad de vidas posibles para el Reino:

  • Dios cambia vidas por medio de relaciones Cristo-céntricas, no por medio de programas.
  • La oración es absolutamente esencial para nuestro éxito.
  • La memorización de las Escrituras es la disciplina que cambia vidas y utilizamos esta estrategia dentro de todos los aspectos del ministerio.
  • Jesús tenía un plan claro para hacer avanzar el Reino de Dios y sobre cómo ministrar a las personas. Lo seguiremos de cerca tanto a El y como a estas guías.
  • Debemos estar dispuestos a compartir nuestras vidas, no solamente conocimiento y herramientas. (1 Tesalonicenses 2:8).
  • Un discipulado efectivo, requiere que el estudiante tenga un corazón enseñable y compromiso verdadero. Debemos seleccionar sabiamente a nuestros hombres.
  • Debemos transmitir la visión para que haya una “reproducción espiritual”. (2 Timoteo 2:2).
  • La multiplicación funciona más rápido que la suma.
  • El compañerismo, la responsabilidad y la vulnerabilidad centrados en Cristo, deben ser el núcleo de nuestra cultura.
  • Debemos tener determinación y un compromiso profundo de parte de todo el equipo de Hombres de Valor, incluidas las familias y los voluntarios, sabiendo que el propósito del trabajo que estamos haciendo es para la gloria de Dios. Al final, ponemos nuestra fe en Dios y no en los hombres.

¿Has pensado alguna vez en el poder de la multiplicación?

Si tomas un tablero de ajedrez y coloca un grano de arroz en el primer cuadrado, dos granos en el segundo cuadrado, cuatro granos en el tercer cuadrado, ocho granos en el cuarto cuadrado, y sigues duplicándolo hasta el cuadrado 64, ¿Sabes cuántos granos de arroz hay en ese último cuadrado? Adivina.

18’446’744’070’000’000.000 granos de arroz.

Así es; como quiera que se pronuncie ese número, ¡es ENORME! ¿Qué pasa si 25 discípulos en Hombres de Valor se duplican en el año 1, año 2, año 3, y así sucesivamente? Estamos discipulando a otro grupo de 25 a 50 hombres cada año. No tomará 64 años llegar a todo el mundo, y ciertamente no tomará mucho tiempo llegar a la ciudad de Nashville y al estado de Tennessee.

Esa es una meta grande y a largo plazo, pero considere el impacto inmediato que un hombre que ha entregado su vida al Señor tendrá en su familia, sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus nietos; todos se verán influenciados por el Evangelio de Jesucristo vivido en la vida de tan solo un hombre. Es tan, tan emocionante. ¡Vamos a hacerlo!

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No podemos realizar este trabajo sin tu apoyo continuo. ¡Únete a nosotros para hacer discípulos!

Nuestro deseo es que nuestros hombres se conviertan en líderes, auténticos hacedores de una diferencia en su familia y comunidad. Con esto en mente, a medida que los hombres avanzan en nuestro programa de discipulado, creamos oportunidades para que dirijan a otros, para dar lo que se ha vertido profundamente en ellos, y oportunidades para servir, mostrando una vida transformada en acción al convertirse en benefactores a la comunidad, en lugar de demandantes.

Te pedimos que ores por estos hombres y sus familias. Están en una jornada extremadamente difícil.